El animal abandonado el martes en Cambados sigue en el refugio a la espera de una familia

hico, el perro de raza potencialmente peligrosa abandonado el martes en la puerta de la clínica del refugio de animales de Cambados, resultó ser «un amor con las personas», según explica la presidenta de la protectora, Olga Costa. Otra cosa es con los perros, especialmente sin son machos, lo cual obliga a mantenerlo aislado en su propia jaula. Chico necesita socialización, esa es la clave -explica- para que este tipo de razas puedan convivir sin problemas con los humanos y con otros animales, y esa es la tarea que queda ahora por delante.

El perro ya ha sido valorado por la educadora canina y está a la espera de encontrar un hogar, después de que su anterior dueño decidiese abandonarlo porque, según explicó a través de una nota, no puede hacerse cargo de él. Pero a Chico tampoco le vale cualquier casa.

Si alguien se presta a darle cobijo deberá estar en posesión de la licencia que autoriza a tener perros de raza potencialmente peligrosa y lo tendría, en principio, en régimen de acogida, con opción de adopción.

En el refugio de Cambados miran con lupa este tema. «No se los damos a cualquiera, no todo el mundo sirve para tener estos animales», explica la presidenta, y sabe de lo que habla. Por experiencia en la protectora y en su círculo más íntimo. Ella misma tiene una pitbull en casa, Lady, «que es el mejor compañero que puede tener mi hijo, pero es una perra que tuvo una socialización y que está trabajada, si hubiera caído en malas manos hubiera sido una perra peligrosa», añade.

«Hay que decir que no existen perros peligrosos, existen razas potencialmente peligrosas que precisan socialización. Y, después, hay perros que no pertenecen a estas razas que, al final, son más agresivos que otros catalogados como tal», matiza Costa.

Hay mucha confusión a la hora de utilizar estos conceptos y desde el refugio quieren contribuir a arrojar un poco de luz sobre un tema que genera mucha controversia. «Nosotros somos los primeros que queremos lo mejor para estos perros. De hecho, denunciamos a un hombre por maltrato a tres perros de raza peligrosa, y ganamos». Pero no es suficiente. La asociación acusa a las autoridades de no velar suficientemente por el cumplimiento de la ley en este tema y echa en falta una mayor labor de didáctica y concienciación sobre las denominadas razas peligrosas.

El refugio de Cambados trata de aportar su grano de arena, por eso denunció el caso de Chico ante la Guardia Civil y lo hará, también, ante la Consellería de Medio Ambiente. «El problema es que se producen cruces entre estos animales, que se regalan y se venden sin control cuando son cachorros y que, cuando crecen, la gente acaba abandonando».

Con Chico, un cruce de bóxer con American standford, se cumplió el guion y después de pasar por dos casas, hoy se ve entre rejas a la espera de un mejor destino. Hay motivo para la esperanza. A raíz de la publicación de la noticia en La Voz de Galicia, el refugio ha tenido conocimiento de que una persona se ofreció a adoptarlo desde Mallorca, «pero el perro no está para hacer un viaje de este tipo». Y hay precedentes halagüeños. De los trece perros de razas peligrosas que acogieron en el centro cambadés, ocho fueron adoptados y un noveno está en régimen de acogida.

Chico tiene una buena tarjeta de presentación. Olga Costa dice que es cariñoso y su anterior dueño se refirió a él como «muy buen perro y muy buen amigo». Con todo, decidió encomendárselo a la protectora porque, a su pesar -según afirmaba en la nota- no podía seguir haciéndose cargo del perro.

Para la presidenta del refugio no es disculpa. En su opinión, antes de recurrir al abandono, los propietarios deben agotar todas las vías posibles en busca de una familia alternativa.